Ad portas de una nueva cosecha de granos en nuestro país, quisiera compartir información de interés que fue presentada en la reciente edición de SAGO FISUR por Ana Ballesteros del U.S. Grains Council, quien basó su interesante exposición en el informe de noviembre de oferta y demanda mundial agrícola que es preparado mensualmente por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos.
El fantasma de una probable recesión económica mundial ha influenciado en un freno en el alza de los precios de los granos que venían previo a la guerra y que se incrementaron fuertemente con el conflicto bélico. Esta posible contracción de la economía global ha hecho especular sobre posibles efectos en la demanda de los granos, lo que a resultado en una presión a la baja en los precios, y debería disminuir la probabilidad de volver a presentar, al corto plazo, alzas importantes en los granos.
Por otra parte, si bien la guerra no a dado luces de terminar, el efecto en la oferta mundial de granos ha sido, por ahora, menos catastrófica de lo previsto, lo que también ha aportado en una tendencia bajista de precios.
La producción mundial de trigo y soja se proyecta por sobre niveles del año anterior, lo que también produciría un freno a los precios de irse concretando esas proyecciones. Respecto al maíz, si bien se prevé una menor producción, se espera que la posible recesión y los altos costos actuales de alimentación animal, no den pie para seguir con alzas importantes.
En resumen, las señales mundiales indicarían que, si bien los precios de los granos seguirán elevados, no se esperan mayores alzas y posiblemente algunos ajustes a la baja. Pero cabe destacar que el balance mundial de granos está tan ajustado, que señales de cualquier índole puede hacer sobre reaccionar los mercados en cualquier dirección (climáticas, bélicas, productivas, logísticas, económicas, etc..).
Con una temporada con precios de los fertilizantes triplicados, precios de maquinaria y combustible a niveles récord, y en general con costos históricos de producción, el resultado de la cosecha para los agricultores se vuelve aún más sensible a como se comporten los precios en los próximos meses.