
¿Cuál sería nuestro mayor legado como personas vinculadas a lo que hacemos en el campo? La respuesta seria: mostrar a la gente y a la sociedad en general, con orgullo y humildad, el trabajo arduo de miles de familias de todos los tamaños y condiciones sociales que viven y trabajan día a día en el mundo rural para llevar a su mesa un litro de leche, un pedazo de pan con mantequilla y queso, un yogurt con cereal y miel al desayuno, sobre una mesa de madera que era de la abuela Rosita en la que compartía buscar los huevos directo del gallinero junto a los nietos, la cosecha de las frambuesas para el postre.
Bueno, pues todo esto que vivimos día a día no viene del supermercado ni de una caja tetrapack, sino que viene del campo, del trabajo amoroso de cada familia para lograr cosechar sus productos, darle valor agregado, y ponerlos a la venta para que lleguen a ti cada día.
Este es, el mayor de nuestros desafíos, poder armar y difundir “un relato” de la importancia del campo y su gente, no solo de su magia y belleza inigualable, sino también de cómo se producen los alimentos y servicios asociados a este trabajo y forma de vida de ellos.
Pero este relato, no solo debe contar como lo hacemos, sino también, de los desafíos que tenemos por delante. Los emprendedores agrícolas y madereros, debemos también agregar tecnología a nuestros procesos, mecanizar y automatizar la producción , para así lograr aumentar nuestra oferta y ser más sustentables en lo económico, en lo social y en lo ambiental.
Imaginen letreros que digan “pasen a conocer cómo se fabrica la leche”, y los visitantes verían que la industria que hace la magia es justamente la misma vaca, que come pasto maíz y otros alimentos , y los transforma en leche…, hermoso. Una tremenda sorpresa se llevaran los visitantes de tan magna hazaña que no conocían!. Lo mismo para el “trigo-harina-pan” que se está cosechando en estos mismo instantes para toda la cadena productiva del agro, directo a tu casa. Este es nuestro mayor desafío, mostrar lo que hacemos, y mejorar cada día más.
Columna Diario Austral Valdivia