El creciente protagonismo de las mujeres y la evidente brecha que existe en comparación con las oportunidades que tienen los hombres, hoy nos invita a reflexionar y a poner en valor el papel de las mujeres en la agricultura chilena.
La mujer desde el comienzo de la historia ha desempeñado un importante papel en la agricultura, sobre todo en los sectores campesinos y de pequeños agricultores, cumpliendo actividades agrícolas y ganaderas, sin embargo, pese a la gran labor que ha realizado por años, no ha tenido su debido reconocimiento.
Es llamativo que dentro de los sectores con mayor brecha salarial, en algunos de ellos existe una gran participación de la mujer, como es el caso de la agricultura donde la mano de obra femenina es de 23%. Este sector es el segundo con mayor brecha salarial y uno en los que más mujeres trabajan en el país.
Entonces se nos presentan dos grandes problemáticas respecto al tema de la equidad, pues la región es una de las zonas donde existe mayor brecha salarial entre hombres y mujeres, y además es una de las zonas agropecuaria por excelencia (según Encuesta Suplementaria de Ingresos (ESI)).
Como SAVAL FG hemos intentado cubrir todas las áreas de la agricultura, y hoy la contingencia nos pide poner en valor la labor de la mujer y visibilizar las brechas que nos separan entre la mano de obra femenina y masculina en el área agrícola.
Los estudios de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) confirman que la mujer es el pilar de la agricultura de pequeña escala, del trabajo campesino, además profesionales como veterinarias, agrónomas, técnicas agroalimentarias, biotecnólogas, entre otras ocupaciones. Son profesionales que el sector necesita y que son fundamentales, pues contribuyen a movilizar la economía local. Por ello, es que deben ser consideradas como agentes estratégicos en el desarrollo económico de la región y del país.
Hoy se presenta una oportunidad para reafirmar el reconocimiento, admiración y respeto por la mujer no sólo en su papel en la sociedad, sino también como trabajadora, que tanto contribuye al desarrollo del país desde el sector agropecuario.
Queda construir una potente agenda de género. Es por ello que no nos queremos desvincular de un tema tan relevante a nivel país. Debemos identificar los sectores y las brechas que nos separan y redoblar los esfuerzos para lograr una equidad y de esta manera seguir aportando a la agricultura sin discriminaciones de ningún tipo.