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NO PERDAMOS ESPACIO

Un análisis de ODEPA plantea, y concordamos plenamente con ello, que a pesar de la competencia por la tierra y otros cultivos más rentables, la producción ganadera se mantiene vigente en Chile. Por otra parte, la calidad nutricional de la carne bovina es considerada del más alto valor, sobre todo a aquella que se produce en base a pradera como alimento principal, y es muy complejo sustituirla de la dieta a pesar de algunas nuevas tendencias de consumo.
En este mismo análisis del sector, proyectan buenas perspectivas para el comercio mundial, obviamente, liderado por el mercado importador Chino, con exigencias de inocuidad asociados al cumplimiento de protocolos sanitarios del COVID19 auditables durante el proceso de la faena. Esto pone en alerta y destaca que debemos acelerar la diversificación de los mercados de exportación, y mirar con mas detención a otros países muy poco explorados, tales como Indonesia y Emiratos Árabes, que exigen certificaciones asociadas a sus creencias religiosas.
Este análisis, además, concluye reconociendo que uno de los principales énfasis es dar máximo apoyo al primer eslabón de la cadena de la industria. El sector criancero es de donde salen todos los terneros y futuras madres , imprescindibles para que la cadena tenga animales bovinos especializados en producción de carne.
A pesar de los buenos precios pagados al productor que se transan en ferias ganaderas y todo indica que la tendencia en el corto plazo se mantendría; una variable que puede afectarnos es la reciente nueva condición sanitaria de Brasil como libre de fiebre aftosa sin vacunación, certificación que fue otorgada por la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE).

Con esta condición de Brasil, y sus varios millones de cabezas, resulta una competencia en la condición sanitaria privilegiada de su rebaños similar a nuestros bovinos, dejando esta característica de ser diferenciadora de la producción nacional y a ellos se les abre la posibilidad de competir con nosotros.

En este escenario mundial de la carne, dinámico y competitivo, no podemos aferrarnos a una sola condición diferenciadora, debemos buscar y resaltar otras características de nuestra producción para que tengamos los elementos necesarios para abrir nuevos mercados. Una de ellas es la certificación de producción a pasto, tendencia de consumo que crece día a día y que debemos lograr, por que tenemos todas las condiciones para ello.

Si miramos a nuestros vecinos, ya Colombia está exportando incluso a Chile carne con esa certificación y nosotros todavía no podemos ponernos de acuerdo en generar un protocolo de carácter nacional simple, sencillo y fácil de auditar para aprovechar y conquistar mercados externos e internos. De lo contrario, vamos a seguir perdiendo espacio, y tal como dice el dicho “camarón que se duerme se lo lleva la corriente”.

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