Según el último Censo Agrícola, que ya está publicado por el Instituto Nacional de Estadísticas, en la Región de los Ríos el 90.8% de las Unidades Productivas Agrícolas, son de menos de 100 hectáreas y el 93,7% son personas naturales, es decir, nuestra región predomina la pequeña y mediana agricultura.
Hay varias reformas que están en vías de aprobación o ya aprobadas que sin duda van a impactar el mercado del trabajo. Por una parte, tenemos la reducción de la jornada a 40 horas semanales, más el posible aumento de las cotizaciones en un 6% y del salario mínimo a quinientos mil pesos.
El conjunto de estas medidas tendrá un importante impacto en el costo laboral de todas las empresas, pero las más perjudicadas serán, una vez más, las mipyme, no es fácil emprender en este país, en cualquier rubro, y el agro no es la excepción.
Cada día vemos con preocupación la migración campo-ciudad y la reducción de la superficie agrícola, y por lo tanto la producción de alimentos, que como ha quedado en evidencia, es un foco estratégico que no nos podemos permitir descuida, las autoridades han enfatizado la importancia de la seguridad alimentaria.
Hay algo que no se concuerda, por un lado, la necesidad de transitar en una mayor capacidad de autoabastecimiento agroalimentario y por otra el aumento en los costos laborales que deben enfrentar los agricultores. El temor es que aumente la informalidad en el mercado laboral, y que el efecto sea el contrario, es decir, se aumenta la desprotección a los trabajadores y no sus beneficios.
No queda más que esperar que se considere el impacto en el mercado laboral, y que se implementen ayudas que hagan que este conjunto de actuales y probables futuras medidas sean en real beneficio de los trabajadores y no en desmedro de la contratación o que implique a la larga una rebaja en los salarios reales, o lo que es peor aún, seguir perdiendo superficie agrícola.
Cada rubro tiene sus particularidades, en nuestro caso para las labores supeditadas a condiciones climáticas y épocas más intensas como son la siembra y la cosecha, la flexibilidad para cumplir con dichas labores será la clave del proceso.
