Por Víctor Valentin, pesidente de SAVAL FG
Siempre hemos sostenido con mucho orgullo que la Agricultura es uno de los principales motores económicos en el país y, definitivamente, la industria que mayor impacto genera en nuestra región.
Los TLDC y otras iniciativas han permitido que muchos productos nacionales lleguen al mundo entero, posicionándonos como un mercado serio que cumple con las rigurosas normas internacionales que se nos imponen.
Este desarrollo y madurez que hemos logrado como industria, debemos cuidarlo y respetarlo. Estamos en un mundo globalizado y dinámico, en que todo es inmediato y masivo gracias a los canales de comunicación y redes sociales, que no dejan espacio para errores, ya que una mala noticia nunca dejará de estar en los buscadores.
Hace unos días, una investigación periodística reveló un fraude a través del cual frambuesas de China eran enviadas a Canadá con la denominación de fruta nacional. Según el reportaje, entre 2014 y 2016 una comercializadora reenvasaba las frambuesas chinas como si fuesen un producto orgánico y chileno, para después exportarlas a ciudades canadienses.
Situación que como tal nos parece sumamente grave, pero que, además de dañar la imagen de nuestro país, afecta profundamente aspectos éticos en la manera como queremos hacer negocios en Chile. Y peor aún, este caso concentra otras aristas aún peores, que tienen que ver con la eficiencia de nuestas instituciones, ya que este hecho había sido denunciado a la Justicia en 2016, pero que quedó impune. Además, resulta igual de frustrante que las autoridades de Direcon, responsables de las relaciones internacionales, al parecer no tomaron cartas en el asunto.
Esperamos que el Ministerior de Agricultura y el Servicio Nacional de Aduanas pueden explicar qué sucedió y no volvamos a repetir situaciones como éstas, que afectan la imagen país que tanto ha costado robustecer.
Este ejemplo, nos llama a reflexionar de lo importante de cuidar nuestro mercado interno pero también debemos defender nuestros intereses en los externos. Existen serias posibilidades de que los arándanos nacionales enfrenten salvaguardias en los Estados Unidos, su principal mercado, luego de una presentación de representantes de agricultores de estados productores de ese país. Acá la labor de Cancilleía es fundamental, dado que deben repesentar los intereses y evitar la posibilidad de imponer medidas compensatorias, elevando los aranceles.