¿Quién no ha escuchado la frase “es un estilo de vida”? Así se ha catalogado por mucho tiempo el vivir en la ruralidad. La vida de campo, tan anhelada y deseada por desarrollarse en un ambiente limpio, rodeado de naturaleza, en contacto directo con la tierra, sin smog ni tacos vehiculares, ha sido el sostén para que muchos, a pesar de los vaivenes del negocio, hayamos alguna vez apelado al “pero es un estilo de vida” para seguir adelante. Sin embargo, todo esto parece ya no ser suficiente.
Desde hace bastante tiempo hemos sido testigos de un incremento sostenido en la delincuencia rural, que ha ejecutado actos desalmados para generar miedo y terror en la población, tanto urbana como rural. También hemos visto cómo ha aumentado la violencia, dirigiendo su objetivo desde sólo bienes materiales hasta afectar directamente a las personas, teniendo que lamentar varias muertes.
Cuando escuchábamos de terrorismo o delincuencia rural, pensábamos en la Araucanía, y en lo difícil que se había vuelto trabajar, vivir o simplemente circular por ciertas zonas. Sin embargo, el 02 de octubre de 2021, lo vivimos en carne propia. Ocurría una nueva usurpación en la Provincia de Valdivia, para lo cual se solicitó presencia policial. Nadie presagiaba el nivel de violencia al que se exponían nuestros Carabineros. Una emboscada con varios heridos, algunos de suma gravedad.
Es así como llegó el terror a la Región. Terror que no afecta sólo a los agricultores, sino también a todas las familias que viven y trabajan en el campo, y que ahora se desplazan o huyen de éste por miedo a ser víctimas de esta delincuencia cobarde. Cuesta volver a recorrer el campo, trabajar o simplemente circular con tranquilidad. La paz de vivir en la ruralidad se ha perdido, se ha perdido un estilo de vida.
Hacemos un llamado a toda la comunidad, urbana y rural, a repudiar estos actos y a unirnos para mantener una Región tranquila, libre, sin terrorismo ni delincuencia. Para poder vivir sin temor, para trabajar y aportar a nuestro país.